Castillo de Butron

A tan solo 20 Km de Bilbao, la capital de la provincia de Vizcaya, se encuentra esta fortaleza medieval que ha sido testigo durante siglos de cruentas batallas entre los nobles de la zona, los Gamboinos, que eran los dueños del castillo, y los Oñacinos.

Para llegar hasta el castillo, desde Bilbao seguimos las indicaciones de la autovía BI-631 en dirección a Mungia, y una vez allí tomamos la salida en dirección a Mungia y Gatika (BI-634).

Siguiendo esta carretera que va bordeando el río durante unos 6 Km, vereis un letrero que indica la entrada al camino que os llevará hasta el aparcamiento, desde dónde accederemos al castillo cruzando un pequeño puente.

De todas formas, lo mejor es que pulséis en el siguiente enlace a Google maps desde dónde podéis ver la forma más rápida de llegar hasta el Castillo de Butrón, escribiendo la dirección de origen en el recuadro de la izquierda marcado con la letra A en un círculo verde:

Como llegar hasta el Castillo de Butrón desde cualquier lugar

Rodeando al castillo se encuentra un frondoso bosque de robles y otras especies exóticas como palmeras o incluso una sequoya gigante de 45 metros, que dan al conjunto una apariencia a medio camino entre lo exótico y lo misterioso.

No os puedo dar precios reales de la entrada, ya que fui en 2004, pero creo recordar que costaba unos 5€ o 6€, dependiendo de si sacamos la entrada por libre o la visita guiada.

Recomiendo esta última, ya que la diferencia económica no es muy grande y te explican la historia del castillo, las batallas entre los nobles que lo habitaban y los de familias rivales... todo ello recreado con elementos audiovisuales y actores vestidos con trajes de la época que dan vida a escenas cotidianas de la vida en el castillo.

Durante la visita podemos ver estancias interiores como por ejemplo la capilla, salas de guardia, mazmorras... y además podemos caminar por las zonas externas del castillo, dónde podremos observar de cerca la imponente torre del homenaje, construida sobre las ruinas de la torre primitiva que dió origen al castillo en el siglo XI, cuándo se levantó una típica torre medieval sobre la antigüa casa de los Butrón.

Fue en siglo XIV cuándo esta torre se fue transformando en un castillo-fortaleza, coincidiendo con el punto álgido de las luchas entre los Gamboinos y los Oñacinos.

A principios del siglo XVI y a la vez que los conflictos entre ambas familias van terminando, el castillo comienza un proceso de abandono y deterioro que llega hasta el siglo XIX, fecha en la que es restaurado por el Marqués de Cubas, el cual se inspira en los grandes castillos de Baviera añadiéndole almenas y ventanas más grandes que hacen que acabe adquiriendo la apariencia actual.

Desde las zonas exteriores del castillo también podemos contemplar el frondoso bosque que lo bordea, incluida la enorme sequoya de 45 metros.

Entre las historias que nos cuenta la guía, hay una que está presente la mayor parte del recorrido, y es la de un prisionero del cual se dice que se escuchan sus lamentaciones en un pozo al que se accede a través de uno de los múltiples pasadizos por los que caminaremos.

Algunas de las estancias interiores pueden ser reservadas para la celebración de diversos actos como congresos, comidas o incluso bodas, ya que estan perfectamente acondicionadas y rehabilitadas.

Una visita recomendable a un castillo que no tiene nada que ver con la arquitectura típica de otras fortalezas de la región y situado tan solo a 30 minutos de Bilbao.