Plaza y Basilica de San Pedro

En el centro de Roma y junto al Tiber, se encuentra la sede Central de la Iglesia Católica, un complejo amurallado que delimita una ciudad-estado, el más pequeño del mundo pero también uno de los mas poderosos e influyentes.

Lo más visitado e interesante de esta ciudad-estado es la Plaza y la Basílica de San Pedro, así como los Museos Vaticanos.


La forma más fácil de llegar sin pérdida es guiarse por la cúpula de la Basílica de San Pedro, visible desde muchos puntos de la ciudad de Roma, y la ruta más utilizada es caminando a través del Puente de San't Angelo o el Puente Vittorio Emanuele II, que nos deja a las puertas de la Via della Conciliazione, con la que llegaremos directamente a la Plaza de San Pedro, otra de las maravillas del genial Bernini creada entre 1656 y 1667.

La plaza tiene un diámetro de 240 metros, y está rodeada por 4 hileras de 284 columnas sobre las que hay una balaustrada coronada por 140 estatuas de santos de 3,20 metros de altura cada una.

Después de dar una vuelta por la plaza, nos dirigimos a la cola para entrar a la Basílica de San Pedro, que normalmente suele bastante larga y a la que tuvimos que añadir las estrictas medidas de seguridad porque en ese momento estaba realizando la visita la mujer del presidente Obama junto con sus hijas.

Después de casi una hora de cola a pleno sol y pasar por el detector de metales, estamos a las puertas de la Basílica, así que toca echar un vistazo a la plaza desde esta posición, con las estatuas de San Pedro y San Pablo dándonos la espalda.

Antes de ver el interior, solamente recordaros que la entrada es gratuita y no hace falta reservar.
En los carteles que hay en la zona de la cola advierten de que según las normas, no te dejarán entrar si intentas acceder con pantalones cortos o los hombros descubiertos, y que están prohibidas las fotos con flash.

Ninguna de estas restricciones se aplicaron el día que yo fui, ya que el 90% de los que entramos a la basílica íbamos en pantalón corto (muy típico en el caluroso mes de Julio) y dentro de la basílica se veían fogonazos de flash cada dos por tres, aunque si que vi a los vigilantes llamar la atención a algún que otro fotógrafo despistado.

Toda la información sobre la Basílica de san Pedro, en su web oficial:
http://www.vaticanstate.va/ES/Monumentos/Basilica_de_San_Pedro/Basilica.htm

Nada más entrar, las dimensiones de la basílica te hacen sentir pequeño, muy pequeño.
Son nada más y nada menos que 190 metros de largo por 45,5 metros de alto en la zona de la bóveda, y el ancho distribuido entre la nave central y dos más situadas a ambos lados, es de 58 metros.

Según van abriendo zonas después de la visita de Michelle Obama y familia, nos acercamos a ver la escultura de La Piedad de Miguel Ángel, realizada en mármol y que representa a la Virgen María sosteniendo el cuerpo inerte de su hijo, está situada en la primera capilla a mano derecha según entramos por la puerta principal.

A continuación nos dirigimos hacia la zona central de la Basílica, dónde está el altar mayor bajo el Baldaquino de Bernini, con la entrada a la tumba de San Pedro situada justo debajo.

Justo detrás del Baldaquino y al final de la Basílica, se encuentra el ábside, con un enorme trono dorado que contiene los restos de una silla de madera que según la tradición usaba el mismo San Pedro.
Encima del trono, hay dos ángeles que sostienen los símbolos papales, la tiara y las llaves, abriéndose un ventanal redondo con una paloma que representa al espíritu santo y que aparece rodeada de ángeles.
Bajo este conjunto, se encuentra un altar llamado "altar de la cátedra", dónde el papa celebra ciertas ceremonias.

Sobre el Baldaquino se encuentra la cúpula, también obra de Miguel Ángel, el punto más alto de la basílica y a la que se puede acceder para contemplar unas privilegiadas vistas de la ciudad.
De nuevo, gracias a la visita de la familia Obama, la cúpula estaba cerrada y nos tuvimos que conformar con admirar su interior, que no es poco.

Desde esta posición, miramos hacia la puerta de entrada, comprobando de nuevo las enormes dimensiones de la Basílica.

Antes de salir, en una de las capillas se encuentra esta placa de mármol dónde aparecen los nombres de todos los papas de la historia y el año de su fallecimiento, desde San Pedro hasta Juan Pablo II.

Para terminar, teníamos reservada la visita a la Tumba de San Pedro y la necrópolis situada bajo la basílica, pero tras más de 2 horas de espera, no nos dejaron entrar por motivos de seguridad, de nuevo "gracias" a la visita que estaban realizando varios miembros del G8 a la Basílica.

Es una visita muy interesante, pero hay que reservar antes de ir, así que en el enlace que os dejo a continuación tenéis toda la información necesaria:

Reservar visita a la Tumba de San Pedro y la Necrópolis Vaticana