Tiene entre 30 y 80 metros de ancho y su recorrido forma una S gigante por dónde navegan góndolas, lanchas a motor o embarcaciones más grandes como los Vaporettos, los "autobuses" de la ciudad que van de orilla a orilla dejando a los turistas y a los venecianos que viven y trabajan en la ciudad de los canales.
Os recomiendo comprar una Travel Card de Venecia, con la que podéis subir en todas las líneas de Vaporettos de la ciudad e incluso en las que van a Murano y Burano.
También incluye la línea de autobús que une Venecia con Mestre, y una línea que nos permite movernos por Lido.
Los precios dependen del tiempo de validez que necesitemos, que va desde las 12 horas hasta los 7 días, con los siguientes precios orientativos:
- 12 horas: 16€
- 24 horas: 18€
- 36 horas: 23€
- 48 horas: 28€
- 72 horas: 33€
- 7 días: 50€
Podéis comprarla en Piazzale Roma si accedéis a la ciudad en coche o autobús, o directamente en la parada de los Vaporettos que hay enfrente de la salida principal de la estación de trenes de Santa Lucía.
Tomando el Vaporetto en el entorno de Piazzale Roma o la estación de Santa Lucía, tenemos unos 20 minutos hasta el Ponte de Rialto, o 40 minutos si continuamos hasta el final del recorrido en Piazza San Marco.
No os puedo enseñar fotos del tramo entre la estación de tren y el Puente de Rialto porque las dos veces que hicimos ese recorrido íbamos cargados con las maletas y no llevaba la cámara a mano, así que me centraré en el tramo comprendido entre el famoso Puente de Rialto y el centro neurálgico de la ciudad, la Plaza de San Marcos.
El Puente de Rialto es el más conocido de los más de 400 puentes que salpican la ciudad.
Fue construido a finales del siglo XVI y mide 29 metros de largo por 23 de ancho. Tiene un pasillo central en el que podemos encontrar unas cuantas tiendas de souvenirs que siempre están repletas de turistas, y otros dos pasillos a cada lado del puente desde dónde podemos tener una vista general del Gran Canal hacia ambos lados.
En las orillas del canal cercanas al puente de Rialto, hay varios restaurantes (bastante caros por cierto), y desde la parada de los vaporettos de Ponte de Rialto podemos conseguir una vista de todo el puente.
Continuamos el recorrido con el vaporetto en dirección a la Piazza San Marco, echando un último vistazo al puente desde la embarcación.
A ambos lados del canal, podemos ver pequeñas embarcaciones particulares y una flota de góndolas atadas a sus amarres.
Lentamente y alternando paradas entre la margen derecha e izquierda del Gran canal, el vaporetto nos va alejando del Puente de Rialto mientras seguimos contemplando los Palazzos que se asoman al canal.
Tras hacer una amplia curva flanqueados por los palacios de Ca'Rezzonico y el Palazzo Grassi, llegamos al puente de la Academia, situado junto a la galería de arte de L'Accademia.
Este puente se construyó a finales del siglo XIX para unir las dos orillas del canal, ya que hasta entonces, el único lugar por el que se podía cruzar de una parte a otra de Venecia era el Puente de Rialto.
Primero se construyó de hierro en 1854, pero posteriormente se reemplazó por el puente de madera actual en 1933.
Junto con el Puente de Rialto y el de La Academia, sólamente hay otros dos puentes que cruzan el Gran Canal, pero están situados junto a la Piazzale Roma y la Estación de trenes de Santa Lucía.
Si hacemos una parada en el puente de La Academia, tenemos una bonita perspectiva del tramo final del canal, con la iglesia de Santa María de la Salud al fondo.
Cogemos de nuevo el vaporetto en la misma parada dónde nos hemos bajado anteriormente para terminar nuestro recorrido por el Gran Canal.
Pasamos junto al Palazzo Barbarigo, cuya fachada está decorada con mosaicos hechos con cristal de Murano que reflejan el sol del atardecer dándo lugar a una de las fachadas más elegantes de todo el Gran Canal.
A unos pocos metros, nos encontramos con la sede de la galería de arte Moderno de Guggenheim, situada en el Palazzo Venier dei Leoni.
Antes de llegar al tramo final del canal, echamos un último vistazo en dirección al puente de La Academia.
Unos 200 metros después, nos encontramos con la desembocadura del Gran Canal hacia la Laguna de Venecia, dónde se levanta la iglesia barroca de Santa María della Salutte.
Se comenzó a construir en 1631, cuando durante una epidemia de peste que asolaba la ciudad el patriarca de Venecia, Giovanni Tiepolo, prometió que construiría una iglesia en favor de la virgen si ésta finalizaba con la plaga.
A finales de 1631 se acabó la plaga y comenzaron las obras junto a la zona conocida como la Punta della Dogana, la Aduana de Venecia, dónde podemos ver una veleta que simboliza la fortuna.
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