Burano, la isla del color de la laguna veneciana

A unos 7 Km. de Venecia nos encontramos con esta pequeña isla de unos 7000 habitantes en la que la tradición parece haberse detenido entre alegres fachadas de colores, artesanas haciendo encaje de bolillos en la calle y pequeñas barcas de pesca amarradas a la puerta de casa.

Esta isla es muy pequeña y en unas dos horas la podemos visitar.
Lo más destacado son sus pintorescas casas de colores, que según se dice fueron pintadas en estos colores para que fuesen visibles por los pescadores desde la laguna mientras pescaban o para guiarse los días de niebla.

Otro de los atractivos turísticos son sus artesanas del encaje de bolillos sentadas en las puertas de sus casas. Podemos encontrar un gran número de tiendas dónde venden todo tipo de piezas de encaje hechas a mano en la calle peatonal situada en pleno centro de la ciudad.

Como comprobaréis, el contraste con las saturadas calles y canales de Venecia es total, ya que en cuanto salgamos de la calle principal podremos pasear prácticamente solos por sus tranquilas y silenciosas calles.

Otro de los lugares a visitar en Burano es la única iglesia de la isla que está dedicada a San Martín, dónde destaca su campanile inclinado casi desde sus orígenes debido a unos malos cimientos asentados sobre terreno inestable, y que es visible desde prácticamente toda la ciudad.

De camino a la parada del vaporetto, seguimos encontrándonos pequeños canales custodiados por casas con coloridas fachadas en excelente estado de conservación, y es que a los vecinos se les obliga a pintarlas cada poco tiempo para que la ciudad no pierda uno de sus mayores atractivos turísticos.

Según nos acercamos a las casas situadas junto a la laguna, es más fácil encontrarnos con pescadores reparando sus redes o preparando los aparejos de pesca para el día siguiente, e incluso podemos llegar a ver alguno recién llegado amarrando pequeñas embarcaciones a las puertas de su casa con las capturas del día en pequeñas cestas de mimbre o neveras de camping.

Desde el vaporetto que nos llevará de vuelta hasta Venecia, podemos echar un último vistazo y despedirnos de esta colorida isla de la Laguna Veneta.