A tan sólo 40 Km. de Venecia se encuentra esta ciudad que no destaca precisamente por ser una de las más turísticas o visitadas de Italia a pesar de tener elementos como una de las universidades más prestigiosas del país en la que el mismísimo Galileo Galilei impartió clases durante 18 años, o restos de un pasado cultural, artístico y religioso en el que destaca la Basílica de San Antonio de Padua, dónde se encuentran los restos del santo.
Empezamos la visita junto a la estación de trenes y autobuses para tomar el Corso Garibaldi, por el que cruzaremos sobre uno de los canales de la ciudad encontrándonos a nuestra izquierda los Giardini dell'Arena, un importante conjunto arquitectónico con restos de construcciones entre las que destaca la capilla de los Scrovegni, dónde podemos contemplar algunos de los mejores frescos de Giotto.
Muy cerca de aquí se encuentra la iglesia románica de los Eremitani, con un interior bastante sobrio en el que destaca el ábside decorado con un ciclo de frescos de Guariento de los que sólo se conservan una parte debido a los graves daños sufridos durante la II Guerra Mundial.
Enfrente podemos ver uno de los edificios de la fundación Casa di Risparmio, que tiene entre sus actividades la conservación del patrimonio cultural de la ciudad de Padua y su provincia.
Nos dirigimos a la cercana Piazza Garibaldi dónde tomaremos la Via Cavour, una calle peatonal dónde se concentran la mayoría de tiendas de grandes marcas.
Según caminamos podemos ver varias plazas y antiguos palacios antes de llegar al Palazzo Moroni, actual sede del ayuntamiento.
Por la siguiente calle a la derecha podemos acceder a la Piazza delle Erbe, dónde nos encontraremos el Palazzo della Ragione que separa esta plaza de la Piazza della frutta situada justo al otro lado del edificio que durante la Edad Media fue sede del gobierno de la ciudad.
En ambas plazas podemos encontrarnos con los tenderetes de un mercado ambulante en el que comprar souvenirs o ver multitud de puestos de frutas y verduras.
Desde aquí nos acercamos hasta la Piazza dei Signori, custodiada en un extremo por la Chiesa di San Clemente y en el otro por el Palazzo del Capitanio, dónde destaca un reloj muy parecido al de la Piazza San Marco de Venecia.
Tomamos la calle que sale a la izquierda del reloj para acercarnos hasta la Piazza del Duomo, dónde nos sorprenderá una fachada inacabada junto a la que se sitúa el Batisterio y que podría pasar totalmente desapercibida si no sabes de antemano que esa pared de ladrillo alberga la catedral de la ciudad.
De hecho, se recomienda visitar los frescos de Justo de Menabuoi que se encuentran en el batisterio a pesar de que el interior del Duomo está inspirado en un proyecto de Miguel Ángel.
Una vez visto el Duomo y su plaza, seguimos por la calle desde la que llegamos de la Piazza dei Signori siempre caminando en la misma dirección durante unos 5 minutos hasta que llegamos a un puente que cruza sobre otro de los canales desde el que tenemos las siguientes vistas.
Si miramos hacia el lado contrario, podemos ver la torre del Observatorio astronómico llamado "La Specola".
Una vez hayamos cruzado el puente, continuamos de frente hasta llegar a una pequeña iglesia que tomaremos como referencia para coger la primera calle a la izquierda (Via Andrea Memmo), la cuál seguiremos hasta el final para encontrarnos con la plaza Pratto della valle, la más grande de Italia.
Esta plaza tiene un canal elíptico con zonas ajardinadas y decenas de esculturas de ilustres escritores, filósofos, sabios...de todos los tiempos bordeando el conjunto.
Al sur de la plaza se encuentra la Basílica de la Abadía de Santa Giustina, una de las más grandes de Europa con sus 122 metros de largo por 82 de ancho, conserva en su interior los restos de Santa Justina de Padua y algunas reliquias de los apóstoles Matías y Lucas.
Muy cerca del Prato della Valle está la basílica de San Antonio de Padua, dónde se encuentran los restos del patrón de la ciudad haciendo de este lugar un importante punto de peregrinaje religioso.
Destaca su exterior, mezcla de varios estilos dónde encontramos el románico en su fachada con campanarios góticos y cúpulas bizantinas.
Mi problema al visitar Padua fue que no disponía de mucho tiempo para ver todo lo que la ciudad ofrece, así que descartamos los dos lugares más visitados para no perder tiempo en colas y evitar verlo con prisas y no poder dedicarle el tiempo que se merecen la capilla de los Scrovegni y la basílica de San Antonio de Padua.
Aun así pudimos ver el resto de atractivos que esta pequeña ciudad ofrece a sus visitantes y no me decepcionó lo más mínimo, así que ya sabéis, si podéis aprovechad y dedicarle una visita de un día porque Padua lo merece.
2 comentarios:
Vamos siguiendo todos los posts y queremos felicitarte porque es un blog muy interesante con unas fotos muy hermosas. Nosotros también estuvimos en Padua.
Saludos.
Hola cincuentones, muchas gracias por vuestro comentario. Me alegro de tener unos lectores fieles como vosotros, unos apasionados de los viajes como se puede comprobar en vuestro blog, en el que habéis conseguido ponerme los dientes largos en más de una ocasión.
Un saludo.
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