Verona, la ciudad de Romeo y Julieta

Esta ciudad situada en el norte de Italia a medio camino entre Milán y Venecia, posee un casco antiguo con gran variedad de monumentos de la época romana, medieval y renacentista, por lo que ha sido declarada como ciudad patrimonio de la humanidad por la Unesco, aunque probablemente la mayoría de los mortales conozcan de su existencia por la obra de William Shakespeare "Romeo y Julieta".

Es una ciudad a la que podríamos dedicar más de un día para poder disfrutar con calma de todos sus monumentos, y algo más de tiempo en el caso de parejas de enamorados para que puedan dedicar parte de su estancia en la ciudad a pasear por las callejuelas y plazas que son escenario de la historia de amor de Romeo y Julieta.

Podemos iniciar nuestra visita a Verona en la Plaza Brá, que podríamos traducir como Plaza de la explanada, el lugar dónde antaño se celebraba el mercado de ganado y que actualmente aparece adoquinado y con parques dónde los propios veroneses salen a pasear o utilizan de punto de reunión.

En los mismos jardines podemos ver una estatua ecuestre de Vittorio Emanuelle II, el primer rey de Italia.

En esta plaza nos encontramos con uno de los anfiteatros romanos más grandes y mejor conservados conocido como La Arena. Data del S. I antes de cristo y actualmente alberga representaciones teatrales, óperas o conciertos.

En esta misma plaza se encuentra el Palazzo Barbieri, sede del ayuntamiento, y el Palacio de la gran Guardia con el Arco del'orologio en lo que era una de las puertas de la muralla que bordeaba la ciudad.

Continuamos el recorrido por la calle peatonal más concurrida y exclusiva de la ciudad, la Via Giuseppe Mazzini, dónde nos encontramos con lujosas tiendas como Louis Vuitton, Versacce, Gucci o Prada, hasta llegar a la Piazza delle Erbe, el lugar en el que podemos ver numerosos edificios medievales que aún conservan pinturas en sus fachadas.

Esta plaza, antigua sede del foro de la ciudad, actualmente está llena de restaurantes y puestos de souvenirs, además de varios palacios entre los que destaca el barroco Palazzo Maffei con la Columna de San Marcos coronada por un león alado que recordemos, representa a la ciudad de Venecia, situada justo delante.

Otros monumentos interesantes de la plaza son la columna del Mercado situada en el centro de la misma, la fuente de la Madonna verona o el Capitello, también llamado Tribuna.

Abandonamos la Piazza delle Erbe en dirección a la Piazza dei Signori por la Via della costa, reconocible por sus arcos que unen ambas fachadas de la calle.

Según accedemos a la plaza, vemos la estatua de Dante en el centro custodiando el edificio de la Logia del Consiglio que se encuentra a sus espaldas, y de frente nos encontramos con el Palacio del Capitán.

Según accedemos a la plaza, a la derecha se encuentra un palacio del S XII, el Palacio Comunale también llamado Palazzo della Regione, sobre el que se eleva la torre del Lamberti, y unido a él mediante un arco está el Palazzo del Tribunal.

Abandonamos la plaza siguiendo de frente para dejar a nuestra derecha el complejo funerario de Arche Scaligere y la iglesia de Sta. María Antica, y giraremos en la siguiente calle a la izquierda para llegar a la plaza de Santa Anastasia, dónde se erige la iglesia gótica del mismo nombre.

A la izquierda de la fachada principal nos encontramos un atípico lugar para colocar el sarcófago de algún ilustre veronés del que no logramos averiguar su nombre.

Bordeamos la iglesia por la calle de su flanco derecho para llegar a la Piazzeta Brá Molinari, desde dónde podremos ver en todo su esplendor el río Adigio con la colina que alberga el teatro romano y el Castillo de San Pietro justo detrás.

Bordeamos el río en dirección al Ponte di Pietra, el más antiguo de la ciudad construido en el año 100 antes de cristo, desde el que tenemos estas vistas de la orilla de enfrente a ambos lados del puente.

Una vez visto el Ponte di Pietra, ponemos rumbo en dirección al Duomo, la catedral de Verona a la que también se le conoce como Cattedrale di Santa Maria Assunta.
Data del S. XII, y se levanta sobre el lugar que ocuparan dos iglesias paleocristianas que fueron destruidas por un terremoto en el año 1117.
En ella podemos ver aportaciones de los estilos románico, gótico y renacentista.

Una vez vistos los principales atractivos turísticos de la ciudad, nos dirigimos al que sin duda es el más visitado, y no puede ser otro que el patio al que se asoma el famoso balcón de Giuletta Capuleti, situado muy cerca de la Piazza delle Erbe y a cuya entrada nos encontramos este cartel avisándonos de que hemos llegado a este idílico lugar lleno hasta la bandera de turistas y parejas de enamorados.

A modo de resumen, la historia que se cuenta en el libro de Shakespeare habla de dos jóvenes llamados Julieta Capuleti y Romeo Montecchi que durante la Edad Media se enamoraron a pesar de la rivalidad entre sus familias.
Su historia de amor es muy breve, ya que Romeo se suicida creyendo que Julieta había muerto, y esta a su vez acaba quitándose la vida al descubrir la muerte de su amado.

Al fondo del patio hay una estatua de Julieta hecha de bronce a la que, según marca la tradición, hay que tocarle el pecho par conseguir buena suerte, y como podéis comprobar, el mundo entero debe estar lleno de afortunados viendo el desgaste sufrido por la estatua en dicha zona...

La cola para hacerse la foto con la susodicha estatua era bastante grande, así que nos conformamos con pasear por el turístico romántico patio y contemplar el balcón desde el que la joven Julieta escuchaba los versos que Romeo le dedicaba, y también desde el que le invitó a subir lanzándole su larga coleta para que éste pudiese llegar hasta el balcón.

Terminamos la ruta por Verona volviendo a la Piazza Bra, pero antes hacemos una última parada en la Iglesia Barroca de San Nicoló, situada a espaldas de La Arena de Verona.