Combarro, un pueblo con sabor a mar

Sin lugar a dudas, Combarro es uno de los pueblos pesqueros en los que mejor se puede apreciar la arquitectura popular gallega con sus hórreos, cruceiros y calles empedradas en un excelente estado de conservación que han logrado dejar atrapada en el tiempo a esta pequeña parroquia del municipio de Poio en la provincia gallega de Pontevedra.

Combarro está situado a pocos kilómetros de Pontevedra, pero para calcular la mejor ruta que nos conduzca hasta allí, recomiendo escribir un punto de partida en el recuadro marcado con una A en un círculo verde accediendo al siguiente enlace a google maps:
Como llegar hasta Combarro desde cualquier lugar

No deberíais encontrar muchos problemas para aparcar cerca del puerto deportivo, aunque también es cierto que hace ya más de 6 años que estuve por allí.

En la explanada del pequeño puerto pesquero nos encontraremos la plaza de Xousa con algunas pequeñas barcas amarradas, y haciendo de muralla con las primeras casas del pueblo, veremos varios hórreos de piedra que nos dan la bienvenida.

A partir de aquí nos meteremos de lleno a caminar por callejuelas empedradas en las que descubriremos hasta 6 cruceiros situados en pequeñas plazas o encrucijadas.
Los cruceiros son una muestra de las arraigadas creencias religiosas gallegas, y es que estos monumentos coronados por cruces de piedra se distribuyen por las poblaciones de Galicia para proteger a sus habitantes de la procesión de almas en pena que se cree que aparece en las oscuras noches gallegas conocida por el nombre de "La Santa Compaña".

Os recomiendo caminar por la Rúa do mar contemplando las primeras casas mariñeiras para después dirigirnos hacia la plaza de San Roque.

Desde aquí nos dirigimos por la Rúa de San Roque hacia la iglesia de San Roque, en cuya plaza también podemos ver uno de los cruceiros más famosos de Combarro. En las cercanías se encuentra la oficina de turismo, dónde podemos conseguir más información sobre esta localidad y sus alrededores.

Continuamos por la Rúa de San Roque que discurre paralela a la costa atravesando el pueblo de lado a lado, mostrándonos sus características casas de piedra precedidas de un pequeño porche con columnas de piedra que a su vez sirven de soporte para los balcones de piedra que encontramos en el primer piso, normalmente decorados con multitud de flores.

Como podremos ver, algunas de las casas están construidas directamente sobre la propia roca, y esto es así para aprovechar al máximo las tierras fértiles.
Aunque es un pueblo de tradición pesquera, la agricultura también ha ocupado un lugar muy importante en Combarro, y buena prueba de ello es que los más de 30 hórreos que se alinean en primera línea de playa se utilizaban tanto para guardar el grano como de secadero para sardinas, boquerones y otros pescados típicos de la Ría de Pontevedra.

En los momentos de marea baja, podemos caminar por el lecho marino junto a las gaviotas que disfrutan de su festín particular, las mariscadoras revolviendo en el fango en busca de los preciados berberechos, almejas y otras delicias que nos regala el mar, y pescadores que llegan con sus pequeñas barquitas tras un día de faena o que se afanan en reparar las redes y dejar preparados sus aparejos para la jornada siguiente.

Paseando por Combarro notaremos el sabor a mar en cada esquina y nos deslizaremos entre estrechos callejones de piedra que en los momentos de marea alta nos dirigen irremediablemente hasta la ría, y es que, Combarro es la perfecta metáfora de esa Galicia marinera que siempre acaba acudiendo a la llamada de un mar que le ha conferido ese carácter propio que atrapa a sus lugareños y atrae a miles de turistas año tras año.