Datos de la Ruta:
Señalización: pista asfaltada, sendero de tierra.
Longitud: 4 Km.
Duración: 1:30 horas (incluyendo varias paradas para ver la hoz y el vuelo de los buitres)
Ruta circular: Sí (ida y vuelta por el mismo sendero)
Salida: Aparcamiento de la Foz de Lumbier
Llegada: Aparcamiento de la Foz de Lumbier
Grado de dificultad: Muy fácil
Descripción: Ruta para toda la familia que transcurre junto a la hoz formada por el cauce del río Irati, en el que además del alto valor paisajístico se puede contemplar el vuelo de los buitres leonados.
Si queréis llegar hasta aquí en coche, podéis calcular la mejor ruta hasta el aparcamiento situado a la entrada de la Foz de Lumbier desde el siguiente enlace a google maps, dónde únicamente tendréis que escribir vuestro punto de partida en el recuadro situado en la parte superior izquierda:
Como llegar hasta la Foz de Lumbier desde cualquier lugar
Nota: este aparcamiento tiene un precio de 2€ por vehículo.
Comenzamos la ruta siguiendo la pista asfaltada que sale junto a la caseta. Desde allí, poco a poco nos iremos acercando a la montaña y el final de la pista asfaltada, que se convierte en un sendero de tierra mucho más estrecho justo en la zona en la que comenzamos a adentrarnos en el cañón y nos encontramos con los primeros miradores.
Toda la ruta discurre sobre parte del antiguo trazado del tren de Irati, por donde circuló entre 1911 y 1955 el primer tren eléctrico que funcionó en España y que unía las localidades de Pamplona y Sangüesa.
Este trazado hizo necesaria la construcción de dos túneles excavados directamente en la roca y que no tienen ningún tipo de iluminación artificial. Para acceder a la parte más espectacular de la Foz de Lumbier hay que atravesar el primero de ellos, que a su vez es el más corto de los dos.
Nada más cruzar al otro lado echamos un vistazo a la salida de este túnel...
...antes de seguir la ruta y encontrarnos con nuevos miradores y acantilados de roca caliza de hasta 130 metros de altura que terminan en las limpias y transparentes aguas del río Irati.
A lo largo de toda esta parte de la hoz, numerosas aves estuvieron sobrevolando el cañón y acompañándonos durante todo el recorrido, entre ellos, el buitre leonado y algún que otro águila.
Observando con detenimiento, también se pueden ver los lugares en los que nidifican estas aves aprovechando las grietas y los lugares en los que se "reúnen" a descansar estas grandes y majestuosas rapaces.
El aislamiento de esta garganta de apenas 2 km. de longitud ha permitido que se conserve una enorme variedad de flora y fauna que puebla los márgenes del río y algunos de los acantilados. La Foz de Lumbier junto a la cercana la Foz de Arbayún y la Sierra de Leyre, recibieron la denominación de Reserva Natural en 1987.
En la parte final de la ruta se pueden contemplar los antiguos postes que soportaban la catenaria del tren de Irati en una de las zonas donde las aguas del río cogen velocidad al estrecharse la garganta justo en el punto en dónde el camino se vuelve a adentrar por el segundo de los túneles, en el que caminamos solo hasta la mitad porque al ser más largo que el primero, llega un momento en el que no se ve absolutamente nada y se hace casi imprescindible encender una linterna o alumbrarnos con el teléfono móvil.
Al otro lado de este túnel parte un peligroso camino que discurre por un escarpado precipicio hacia los restos del Puente del Diablo (siglo XVI), que fue destruido en 1812 durante la Guerra de la Independencia y que toma este nombre de una antigua leyenda que cuenta la historia de una joven campesina que debía atravesar el río para ir en busca de medicinas y alivio para su madre que estaba gravemente enferma. Desesperada al no poder cruzar, comenzó a gritar en voz alta que cómo era posible que no hubiese ningún puente que uniese ambas orillas. El Diablo que la escuchó, pactó con ella que le construiría un puente antes del amanecer a cambio de su alma.
La joven aceptó el trato y el diablo comenzó a construir el puente, pero finalmente no pudo terminarlo a tiempo y la campesina quedó libre de su promesa pero con un puente por el que pudo cruzar al otro lado y conseguir la cura para su madre.
Nosotros hicimos la ida y la vuelta por el mismo lugar, pero existe la posibilidad de volver hasta el aparcamiento tomando un camino que sube por la ladera aproximadamente un kilómetro después de salir del segundo túnel y que va bordeando la foz a lo largo de un recorrido circular de unos 6 kilómetros.
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