En él se visita una zona de la Capadocia bastante diferente de lo que se puede ver en el Red Tour, por lo que recomiendo encarecidamente realizar ambos.
A continuación os detallo cuales son las principales visitas que se realizan en este tour que comienza a las afueras de Göreme con una panorámica sobre esta población troglodita.
Desde allí continuamos en un largo pero entretenido trayecto de casi 2 horas por carretera hasta el Monasterio de Selime, a continuación se accede al Valle de Ihlara, dónde existen más de 100 iglesias rupestres excavadas en la pared rocosa de un cañón de 100 metros de profundidad, y se termina recorriendo la impresionante ciudad subterránea de Derinkuyu, en la que llegaron a refugiarse más de 50000 personas allá por el siglo VII...
A continuación os dejo un mapa para que os vayáis haciendo una idea de la ubicación de cada uno de los valles y lugares de los que os hablaré a continuación:
Nosotros comenzamos este recorrido turístico con un pequeño contratiempo, y es que se olvidaron de venir a buscarnos con el minibús. Tras un par de llamadas, una furgoneta nos acercó hasta el resto del grupo, que estaba terminando la primera de las visitas del tour en uno de los miradores situados a las afueras de Göreme, así que tampoco nos perdimos gran cosa.
Allí nos unimos a un grupo de unas 15 personas con las que comenzamos un corto trayecto en minibús hasta la siguiente parada, que era un taller de Ónix situado a las afueras de Nevsehir.
Menos mal que la visita fue rápida y las explicaciones sobre cómo trabajan este mineral para elaborar joyas y objetos decorativos interesantes y entretenidas.
Durante gran parte del recorrido de casi dos horas hasta llegar al Monasterio de Selime, nuestro guía nos dio una clase magistral de geografía, geología e historia centrada en la región de la Capadocia que nos hizo asimilar mucho mejor todo lo que habíamos visto la jornada anterior en el Red Tour y sentar una base para las siguientes explicaciones que escucharíamos a lo largo del día mientras realizábamos todas las visitas previstas. Tanto a mí como a mis compañeros de viaje nos dejó con la boca abierta e hizo que el tramo de viaje más largo y pesado del día se nos pasase volando. ¡Con guías así da gusto!
Monasterio de Selime:
A unos 100 km al suroeste de Göreme y cerrando el valle de Ihlara se encuentra la pequeña localidad de Selime, conocida por albergar en la antigüedad una de las comunidades religiosas más importantes de la Capadocia. A las afueras, una enorme montaña horadada nos indica el lugar en el que los monjes cristianos excavaron su monasterio formado por un laberíntico complejo de galerías y escaleras entre los siglos VIII y XIV.
Tras una pequeña explicación, el guía nos dejó 30 minutos para que subiésemos y bajásemos, entrásemos y saliésemos de cada una de las estancias que componen este majestuoso complejo arquitectónico.
De todas ellas la más importante es la Catedral de Selime o Selime Katedrali, que consta de tres naves y dos niveles de altura, pudiendo ver en el superior una serie de columnas que también fueron esculpidas sobre la roca.
Los frescos que cubrían todas las paredes y techos del interior prácticamente han desaparecido, pero todavía se pueden intuir algunas escenas bíblicas como el nacimiento de Jesucristo, la adoración de los Reyes Magos o varias imágenes que representan a la Virgen María.
Otras estancias interesantes que se pueden visitar son la cocina, la zona de dormitorios y los establos.
Desde la zona más alta del monasterio se pueden contemplar edificios anexos y parte del valle de Ihlara...
...y frente a nosotros, un cementerio de la época Selyúcida en el que destaca el mausoleo octogonal de Ali Pasha.
Aunque algunas historias hablan de que varias escenas de Star Wars se grabaron en este lugar, no hagáis caso, se trata de una simple historieta creada con el afán de atraer más turistas, algo totalmente innecesario ya que el monasterio y los paisajes que lo rodean son motivo más que suficiente para acercarse hasta aquí.
Valle de Ihlara:
Desde Selime no tardamos más de 15 minutos en llegar hasta un lugar completamente diferente a todo lo que habíamos visto hasta ahora en la Capadocia.
Muy cerca de la localidad de Belisirma nos bajamos del minibús para adentrarnos en un auténtico oasis oculto entre los acantilados de un imponente cañón escarbado durante siglos por las aguas del río Melendiz, y que en algunos lugares llega hasta los 100-150 metros de profundidad.
Desde allí comenzamos un corto y sencillo trekking rodeados por la exuberante vegetación que ha crecido en los márgenes del río...
...y que durante el Imperio Bizantino convirtió este cañón en una numerosa comunidad en la que más de 80000 personas vivían repartidas en los casi 15 kilómetros de longitud del valle de Ihlara.
En los acantilados es fácil ver innumerables cuevas que sirvieron como viviendas o graneros y decenas de iglesias rupestres que se esconden en las paredes de este recóndito lugar en el que una importante comunidad de cristianos pudo vivir de una manera bastante tranquila y discreta.
Según nos comentó el guía, existen más de 100 iglesias que fueron excavadas en las paredes del cañón y posteriormente decoradas con frescos pintados sobre la misma roca.
De todas ellas nosotros visitamos la iglesia de San Jorge (KirkDamalti Kilisesi), a la que llegamos tras subir una larga escalera.
A pesar de ser una de las mejor conservadas de todo el valle, pudimos comprobar que sus frescos están muy deteriorados tanto por causas naturales como por la acción de centenares de imbéciles que han querido inmortalizar su paso por este lugar inscribiendo su nombre en las paredes de la iglesia.
También es evidente el paso de diferentes culturas por el valle, como podemos comprobar en los ojos y rostros borrados por los iconoclastas que prohibían la veneración de las imágenes sagradas que representaban a Cristo o a los santos.
En la parte exterior de la iglesia se puede ver una hornacina que contiene un fresco de San Jorge matando al Dragón.
Antes de comenzar el trayecto de vuelta hasta el minibús echamos un último vistazo al impresionante y sorprendente valle de Ihlara desde las alturas. Simplemente espectacular.
Cuando llegamos a las inmediaciones de Belisirma el guía nos dijo que había llegado la hora de comer, así que nos sentamos en unas mesas situadas a la orilla del río Melendiz para degustar un sabroso menú mientras contemplábamos otra zona del restaurante con mesas reservadas y que estaban situadas sobre el propio río.
Ciudad subterránea de Derinkuyu:
Derinkuyu es tan sólo una de las 37 ciudades subterráneas repartidas por la Capadocia. Su historia se remonta al 1400 a.C. cuando sus antiguos habitantes construyeron esta ciudad para protegerse del frío y la nieve, así como del ataque de algunos animales salvajes.
Con el paso de los siglos y debido al paulatino aumento de la población la ciudad se fue haciendo más y más grande. Se expandió en horizontal, pero también se construyeron más niveles inferiores que podían albergar una población de hasta 3000 personas.
Su estratégica ubicación a medio camino entre Asia, Europa y el continente Africano ha provocado desde siempre numerosas incursiones de tropas Persas, romanas, árabes o cristianas en la Capadocia, por lo que estas ciudades subterráneas se utilizaron principalmente como refugio para la gente que vivía en la superficie.
Gracias a su sofisticado sistema de ventilación y a la existencia de un río subterráneo que permitió construir varios pozos, hubo momentos a lo largo de la historia (principalmente en los siglos VI y VII) en los que más de 50000 personas habitaron durante varios meses seguidos bajo tierra.
Cuando el guía nos dio este dato a todos se nos encogió el estómago. En los 30 minutos escasos que llevábamos bajo tierra ya sentimos una incómoda sensación de agobio al juntarnos en una sala con otros 3 o 4 grupos de turistas (100 personas como mucho) cuyas voces retumbaban por los pasillos y galerías incrementando la sensación de claustrofobia y acrecentando la idea de que en cualquier momento se podía terminar el oxígeno...
¿Cómo era posible vivir en un lugar tan oscuro y húmedo durante meses? ¿Cómo podían pasar tanto tiempo en un lugar que se podría convertir en su tumba con un simple movimiento sísmico?
Si a todo esto le sumamos el temor a que los invasores encontrasen una entrada a la ciudad, que el asedio durase demasiado tiempo y se acabasen los suministros o que sus enemigos encontrasen la manera de envenenar el agua o cegar los respiraderos, ya os podéis hacer una idea bastante aproximada de cómo se sentían los antiguos habitantes de Derinkuyu.
La manera en la que se construyeron estas ciudades con capacidad para miles de personas es todo un misterio, pero según nos contó el guía y pude leer tras volver del viaje, se piensa que lo primero que hacían era construir las chimeneas de ventilación hasta una profundidad de 70 u 80 metros. Estas mismas chimeneas servían para extraer los escombros mediante poleas.
A partir de estas chimeneas se comenzaban a excavar galerías laterales que harían las veces de calles en las que se excavaron casas, almacenes, comedores, establos, bodegas, depósitos de agua e incluso un gran espacio con forma de cruz de 3 metros de altura, 20 de largo y 10 de ancho que se utilizó como iglesia y sala de reuniones.
Para la iluminación de las diferentes estancias se utilizaban unas lámparas de aceite, y en algunas de ellas, una marca negra de hollín en la parte superior nos indica el lugar en el que estaban situadas las cocinas.
Una de las prioridades de los habitantes de Derinkuyu era mantener en perfecto estado los más de 50 pozos de ventilación que permitían evacuar el aire enrarecido y el humo aportando aire limpio y fresco procedente del exterior, y es que cualquier incidente en alguna de las chimeneas de ventilación podía provocar un grave problema a toda la colonia.
Aunque parezca mentira, se cree que la construcción de este gigantesco "hormiguero" humano no supuso mucho tiempo ni un gran esfuerzo gracias al blando material existente en el subsuelo de la Capadocia, una mezcla de barro, cenizas y otros materiales procedentes de la erupción de los volcanes Erciyes y Hasandağı.
Aun así, la mayoría de las galerías y escaleras son bastante estrechas y claustrofóbicas, no llegando al metro y medio de altura en muchas ocasiones.
La explicación a estas reducidas dimensiones en muchas de las galerías y escaleras que comunicaban los diferentes niveles entre si la encontramos en unas enormes piedras redondas que servían para sellar en distintos puntos la entrada a los niveles más importantes de la ciudad subterránea.
Si el enemigo lograba encontrar una entrada, tendrían que caminar en fila de a uno por los laberínticos pasillos de Derinkuyu, lo que podían aprovechar sus habitantes para defenderse y atacarlos en masa a la salida de estos estrechos pasadizos. Una solución simple pero efectiva.
Además, si la cosa se ponía muy negra, un túnel de casi 8 km de largo conectaba con la cercana ciudad subterránea de Kaymakli, por dónde podían conseguir suministros o escapar en caso de que los invasores hubiesen logrado superar las piedras de molino que sellaban casi herméticamente los accesos a las galerías inferiores en Derinkuyu.
Hasta el momento se han descubierto 20 niveles subterráneos de los que actualmente sólo se pueden visitar los ocho superiores. El resto está demasiado deteriorado como para abrirlo al público, mientras que en algunos de los niveles más profundos, todavía siguen trabajando arqueólogos y antropólogos para intentar comprender todos los misterios e incógnitas que aún quedan por resolver respecto a las ciudades subterráneas de la Capadocia.
Durante el camino de vuelta hacia Göreme hicimos una corta parada de apenas 30 minutos en una fábrica de dulces típicos de Turquía conocidos como "Turkish Delights" en la que tuvimos la oportunidad de probar un buen surtido de ellos. A mi particularmente no me hicieron mucha gracia, pero algunos miembros de nuestro grupo acabaron comprando alguna que otra caja de estas "delicias turcas".
Organiza tu visita:
- Precio Green Tour: 90 TRY (33€ aprox.)
- Contratación del Green Tour: en cualquier agencia de viajes de la zona, hoteles, estación de autobuses... Nosotros contratamos el tour en Pamukkale junto con el Red Tour y un vuelo en Globo sobre la Capadocia
- Horario del Tour: de 9:30 a 18:00
- Lugar de inicio del Tour: te recogen en el hotel
- Lugar de finalización del Tour: en cualquier punto de la localidad de Göreme
- Botella de agua pequeña: 3 TRY (1€ aprox.)
- Bebida en restaurante turístico: 5 TRY (2€ aprox.)
0 comentarios:
Publicar un comentario
¿Quieres dejar un comentario?
Si tienes más datos relacionados con este artículo o quieres compartir tu propia experiencia, deja un comentario para que el resto de visitantes pueda leerlo.
Por favor, procura que tus comentarios no sean promocionales (spam o publicidad),ilegales u ofensivos, ya que de lo contrario serán eliminados.