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Otros lugares de Estambul

Que Estambul es una ciudad con una impresionante historia a sus espaldas nadie lo pone en duda, pero que seamos capaces de visitar todo el legado que atesora esta ciudad milenaria a medio camino entre dos continentes y crisol de culturas ya es otro cantar.

Por eso, a la hora de planificar nuestro viaje a Estambul, tendremos que hacer una selección entre los cientos de lugares y monumentos de interés que salpican sus calles. Hay lugares que no nos podemos perder bajo ningún concepto como por ejemplo Santa Sofía, la Mezquita Azul, el Palacio de Topkapi, la Torre Gálata, el Gran Bazar o la Basílica Cisterna, pero existe otro buen puñado de nombres que también podríamos añadir a este listado y que os enumero a continuación en este artículo de los otros lugares de Estambul.

Otros lugares de Estambul



Plaza Taksim y la avenida de la Independencia:

Si la plaza de Sultanahmet es el corazón de la antigua Estambul, la Plaza Taksim es el centro neurálgico de la ciudad moderna.
Me pareció un lugar frío y sin mucho interés consistente en un amplio espacio abierto rodeado por tiendas, restaurantes y hoteles cuyos únicos atractivos son el Parque Gezi (cuya intención de destruirlo fue uno de los causantes de las revueltas de 2013) y el Monumento a la República que hay en el centro de la plaza.

Plaza Taksim

A pesar de ser un lugar muy transitado y con mucho ajetreo, no estuvimos allí más de 10 minutos. Al inicio de la avenida de İstiklal o İstiklâl Caddesi se pueden ver los hangares del histórico tranvía que recorre toda esta calle (Taksim-Tünel).

Avenida Istiklal

Comenzamos a descender por la avenida peatonal más famosa de todo Estambul deteniéndonos ante algunas de sus fachadas modernistas o al pasar junto a la sede de las antiguas embajadas de la época otomana.

Como no podría ser de otra manera, aquí se encuentran algunos de los restaurantes más caros y exclusivos de la ciudad, boutiques de moda, hoteles y cafeterías para todos los bolsillos, así como algunas tiendas de moda internacionales y cadenas de comida rápida.

Avenida Istiklal

Aproximadamente a mitad del recorrido, nos sorprendió encontrarnos con una iglesia de ladrillo rojo que parecía ser católica y a la que se accedía a través de un patio.

Avenida Istiklal

Se trata de la iglesia franciscana de San Antonio de Padua, el templo católico más grande e importante de la ciudad. Data de principios del siglo XX, y lo más destacable es su fachada de estilo neogótico veneciano con tres grandes rosetones. El interior es bastante sencillo, pero posee grandes vidrieras que aportan luz y color al altar mayor.

Avenida Istiklal

İstiklâl Caddesi es una calle muy animada por la que iréis descendiendo en dirección a la Torre Gálata durante 1,3 km. Al finalizar la calle podemos seguir las indicaciones al Puente Gálata mientras nos adentramos por las callejuelas del barrio de Karaköy.


Puente Gálata:

Estamos ante uno de los principales nexos de unión entre las dos orillas del Cuerno de Oro y sin lugar a dudas, ante el puente más famoso de toda la ciudad.
Cruzarlo es algo simbólico, ya que representa la unión de Oriente y Occidente, del pasado y el presente, y por qué no decirlo, porque desde allí, las vistas de la vieja ciudad de Estambul son mágicas.

Puente Gálata

Sus casi 500 metros de longitud son un palco al trasiego de embarcaciones que a cada minuto cruzan bajo el puente con mercancías y pasajeros...

Puente Gálata

...y como os comentaba hace tan solo un momento, este puente es también uno de los mejores lugares, tanto de día como de noche, para tomar el pulso a esta vibrante ciudad y contemplar algunos de sus lugares más emblemáticos desde este improvisado mirador a dos continentes y dos culturas.

Mirando hacia el oeste tenemos el Cuerno de Oro y las orillas de los barrios de Eminönü y Karaköy, sobre las que se encuentran la inmensa mayoría de atractivos turísticos de Estambul, mientras que al este del puente, podemos ver el punto exacto en el que se unen el estrecho del Bósforo con las aguas del Cuerno de Oro antes de fundirse con el Mar de Mármara, el lugar elegido por los sultanes para erigir la fortaleza del Palacio de Topkapi.

Puente Gálata

Al fondo, las orillas de la parte asiática de Estambul nos ayudan a hacernos una mínima idea de las mastodónticas dimensiones de esta megalópolis euroasiática.

Puente Gálata

Merece la pena cruzar al menos una vez por el nivel inferior del puente para contemplar la gran variedad de restaurantes, teterías y locales de comida situados prácticamente al nivel del agua. A pesar de su privilegiada ubicación, la calidad de muchos de ellos deja bastante que desear, pero lo peor de todo es el acoso y derribo de sus camareros cuando pasas por allí. Puede llegar a ser agobiante.

Puente Gálata

A lo largo de todo el puente os encontraréis con decenas de pescadores que lanzan sus anzuelos a estas aguas tan transitadas y que a priori suponemos bastante contaminadas. No sabemos si sus capturas acabarán formando parte de su dieta o si venderán el pescado a los restaurantes y puestos situados en las cercanías del puente Gálata.

En la orilla de Eminönü encontraréis numerosos puestos callejeros y restaurantes flotantes en los que podréis probar algunos platos típicos elaborados a base de pescado. Es una zona muy concurrida al situarse allí los embarcaderos de los ferries que enlazan con diversos puntos de la ciudad, y por lo que pudimos comprobar, también es un lugar muy utilizado por los habitantes de Estambul para quedar con los amigos o la pareja.
A escasos metros de aquí se erige una gran mezquita conocida como Yeni Cami o Mezquita Nueva, que destaca por su elevado número de cúpulas y semicúpulas, nada más y nada menos que 66.

Puente Gálata


Bazar Egipcio o Bazar de las Especias:

Este abarrotado bazar cubierto por el que cada día se aventuran centenares de turistas en busca de las mejores especias, dulces y frutos secos, en sus orígenes formó parte del kulliye (complejo con edificios adyacentes a las mezquitas que servían para mantener sus necesidades religiosas y culturales) de la Mezquita Nueva.

Bazar de las Especias

Es por tanto uno de los mercados más antiguos de la ciudad, ya que los inicios del Bazar de las Especias (Mısır Çarşısı) se remontan a 1663. Durante siglos, este mercado fue el centro de distribución de las mercancías procedentes de la ruta de la seda hacia el resto de Europa.

Bazar de las Especias

Cuenta con 88 tiendas que se distribuyen en dos pasillos que forman una "L". El lado más largo mide 150 metros, mientras que el más corto llega hasta los 120 metros.
En su interior sufriremos una auténtica explosión de olores, colores y sabores que nos harán utilizar nuestros sentidos al 100%. Caminar por allí es un auténtico placer para los sentidos.

Bazar de las Especias

Como sucede en el Gran Bazar, las calles aledañas también están repletas de tiendas y comercios de todo tipo además del mercado de aves y flores.

Bazar de las Especias

Este bazar abre todos los días de 8:00 a 19:30 horas.


Museo del Mosaico:

En este museo situado al este de la Mezquita azul se exhiben los restos del Gran Palacio del Imperio Bizantino construido por Constantino en el siglo IV.

Museo del Mosaico

Aunque no queda prácticamente nada de este Gran Palacio, en sucesivas excavaciones llevadas a cabo en la zona donde se ubicaba sí que se han encontrado numerosos mosaicos en un más que aceptable estado de conservación.

Museo del Mosaico

En ellos se muestran escenas de la vida diaria, escenas de caza, personajes mitológicos o escenas de circo, pero lo más sorprendente, es que no hay ninguno que haga referencia a temas religiosos.

Museo del Mosaico

Museo del Mosaico

En media hora o una hora como mucho lo habréis recorrido, y si no tenéis la Museum Pass no os preocupéis, porque el precio de la entrada es de tan solo 10 TRY (3,5€ aprox.)

Abre todos los días excepto los lunes de 9:00 a 18:00 (hasta las 17:00 entre los meses de Noviembre a Marzo)

Tras realizar la visita al Museo del Mosaico saldréis al Arasta Bazaar, un pequeño bazar al aire libre por el que merece la pena dar una vuelta para contemplar el medio centenar de tiendas en el que se vende todo tipo de artesanía, alfombras... Merece la pena si te agobia el Gran Bazar y quieres encontrar productos de más calidad y diferentes a todo lo que venden en la mayoría de tiendas para turistas de la ciudad.


Hipódromo de Constantinopla:

En el espacio que hoy en día ocupa la Plaza de Sultanahmet se ubicaba un gran hipódromo durante la época bizantina de Constantinopla. Allí se encontraba el centro deportivo y social de la capital del Imperio bizantino, era el lugar de las grandes celebraciones.

El primer hipódromo data del año 203 cuando la ciudad aún se llamaba Bizancio, pero fue en el 324 bajo mandato del emperador Constantino cuando esta construcción (al igual que el resto de la ciudad) sufrió importantes reformas y ampliaciones.
Se cree que el hipódromo proyectado en la época de Constantino tenía 450 metros de largo y 130 metros de ancho, y una capacidad de 100.000 espectadores.

De esa época de gloria y esplendor sólo se conservan cuatro monumentos, que son los que centran la atención de esta plaza situada junto a la Mezquita azul, la Basílica cisterna o Santa Sofía.

El más antiguo de todos es el obelisco de Teodosio, procedente del Templo de Luxor en Egipto. Data del 1490 a.C., mide 20 metros de altura y está hecho de granito rosa.

Hipodromo de Estambul

El obelisco de Constantino data del siglo X, y fue encargado por el emperador Constantino VII para homenajear a su abuelo Basilio I. Aunque actualmente sólo se conserve la piedra, originalmente estuvo recubierta con placas de cobre y bronce que durante la cuarta cruzada fueron arrancadas para acuñar monedas.
Con sus 32 metros de altura es el principal reclamo de la plaza.

Hipodromo de Estambul

La columna de las serpientes es el segundo monumento más antiguo del Hipódromo (479 d.C.). Estaba situada en el templo de Apolo en Delfos (Grecia), y simboliza la victoria de los griegos sobre los persas en Platea durante las Guerras Médicas.

Hipodromo de Estambul

El último de los monumentos que han sobrevivido al paso del tiempo es la Fuente Alemana, donada al sultán por el káiser Guillermo II para agradecerle su hospitalidad durante la visita que realizó a Estambul en 1898. Se encuentra al norte del área del hipódromo.


Pequeña Santa Sofía (Küçuk Ayasofya Camii):

Esta iglesia dedicada a San Sergio y San Baco data del siglo VI, por lo que está considerada como uno de los mejores ejemplos de la arquitectura bizantina temprana de Estambul.

Pequeña Santa Sofía

Debido a sus más que evidentes semejanzas con el exterior de la iglesia de Santa Sofía, se piensa que sus arquitectos fueron los mismos que hicieron esa obra maestra de la arquitectura bizantina, y que ésta pequeña mezquita fue una especie de iglesia a escala en la que ensayaron antes de comenzar las obras de Santa Sofía.

Aunque es la mezquita más pequeña que visitamos durante nuestra estancia en Estambul, esta pequeña joya dejó un muy buen sabor de boca en todos nosotros. No está acotada como sus hermanas mayores, aquí puedes subir a la primera planta (cuidado con los resbalones en las escaleras)...

Pequeña Santa Sofía

...sentarte bajo la cúpula...

Pequeña Santa Sofía

...o recorrer cada rincón de la mezquita para contemplar con detalle cada una de sus columnas, el labrado de los capiteles y las frases talladas en griego sobre las paredes de mármol.

Pequeña Santa Sofía


Muy cerca se puede visitar otra pequeña mezquita otomana igualmente sorprendente, la Sokollu Pasa Camii. Es famosa por sus columnas de mármol de diferentes colores y por la cantidad de azulejos de İznik con los que se forman una gran variedad de diseños florales en tonos azules y verdes de una gran calidad.

Sokollu Pasa Camii


Atardecer desde el barrio de Üsküdar:

Una buena manera de terminar la jornada en Estambul es navegar con un ferry desde el muelle de Eminönü hasta el barrio asiático de Üsküdar.
El barco sale desde el segundo embarcadero situado a la derecha del Puente Gálata en la zona europea y se tarda unos 20 minutos en llegar a Üsküdar. Cuesta 4 TRY por trayecto (1,50€ aprox.), pero si tenéis la Istanbulkart (válida para varios pasajeros), cada viaje cuesta tan solo 2,15 TRY (0,80€ aprox.).

Mientras el ferry surca las aguas del Bósforo, podréis contemplar la silueta de decenas de mezquitas y sus minaretes en las orillas europea y asiática de Estambul, la torre gálata o los puentes que unen orillas y continentes de una misma ciudad.

Uskudar

Nada más bajar del barco en el muelle de Üsküdar, caminaremos hacia nuestra derecha por el paseo marítimo durante unos 15 minutos hasta llegar a una zona repleta de sombrillas y alfombras que miran hacia la ciudad vieja de Estambul y el Cuerno de Oro.

Uskudar

A partir de este momento, sólo queda encontrar un buen sitio y relajarse con una bebida refrescante mientras disfrutamos de un atardecer que permanecerá durante mucho tiempo en nuestras retinas.

Uskudar

Frente a nosotros, en un pequeño islote situado a unos 200 metros de la orilla, se encuentra la Torre de la Doncella o Kiz Kulesi.

Uskudar

Varias leyendas giran en torno a esta aislada construcción erigida en medio del Bósforo, pero la más arraigada en la cultura popular turca habla de que un emperador Bizantino construyó esta torre para proteger a su hija más querida, ya que un oráculo había profetizado su muerte para el día de su 18º cumpleaños por culpa de la mordedura de una serpiente venenosa.

Uskudar

La princesa se instaló en la torre aislada del resto del mundo, y para protegerla, sólo recibía visitas de su padre. El día de su 18º cumpleaños, el emperador le llevó una cesta de frutas exóticas como regalo, con la mala suerte de que sin saberlo, una víbora se había colado entre la fruta.
La princesa, feliz por haber cumplido los 18 y seguir con vida, cogió una de las frutas que su padre le había llevado para celebrarlo, momento que aprovechó la víbora para morderla.
Tal y como había predicho el oráculo, la princesa murió en brazos de su padre, y desde entonces, la torre se conoce con el nombre de Torre de la doncella.

Uskudar

Calculad la vuelta hasta el muelle de Üsküdar y no apuréis demasiado porque el último ferry zarpa a las 22:00.


Con más de 12 millones de habitantes, os podéis imaginar que esta ciudad aún guarda muchos rincones por descubrir. Yo os he hablado de algunos de los principales, pero si tenéis la suerte de contar con el tiempo suficiente, podéis adentraros en su magnífico (pero algo descuidado) Museo Arqueológico, dónde se encuentran el Sarcófago de Alejandro (Siglo IV) o partes de la Puerta Babilónica de Istar.

Otros lugares muy interesantes son la Iglesia de San Salvador en Chora (Kariye Müzesi), el Palacio Dolmabahçe, el Parque Gülhane o las murallas de la antigua Constantinopla.

Y como no todo va a ser visitar monumentos y mezquitas, ¿qué os parece relajaros en un Hammam o baño turco? Quizá prefiráis dar un paseo en barco por el Bósforo, y si no, simplemente os podéis sentar a disfrutar de un buen té y una Narguile o “pipa de agua” en cualquier tetería de la ciudad.

No dudéis en perderos por las callejuelas que rodean el Gran Bazar, y si queréis huir del Estambul más turístico, podéis probar algo tan simple como bajar caminando desde la Mezquita de Solimán el magnífico hasta el Puente gálata, una zona sin turismo de masas pero con mucha vida de barrio en la que podréis ver a los estambulitas realizando sus compras diarias en establecimientos tradicionales.

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